Las sorpresas son casualidades necesarias,
que se cuelan en la ruta 66 de la rutina,
y le añaden sin nosotros permitirlo,
sal y sabor a nuestras vidas.
Cuando en noches aburridas me pregunto,
que depara la neblina de las nubes,
trepo ágil por la trenza de mi pelo,
y les gano la batalla a las costumbres.
“Idealista del amor me bautizaste”,
sin quererlo, me hiciste aún más
reafirmarme en mis creencias,
y mimarme.
Las coincidencias, que estas son primas hermanas,
enemigas de lo estricto y aburrido,
me invitan de nuevo a desnudarme.
08 Agosto 15,
Violetas bronceadas desde Rummelsburg
Leyéndote, disfrutándote.
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