miércoles, 25 de marzo de 2015

**Descentralización**

El mismo amor, la misma lluvia 1999




Me he olvidado de mis  rimas Sabineras,
que llenaban las esquinas de mi alcoba,
he observado de repente en mi memoria,
lo barato que salía ser ingenua.

 Me he olvidado del aliento en los cristales,
del vaivén de la pasión acelerada,
de la agilidad bajando cremalleras,
de los besos  disfrazaos de carnavales. 

Me he operado de la intensidad del tiempo,
del querer vivir a trote acelerado,
de los llantos a la vuelta del mercado,
se la prevención innata de un recuerdo. 

Me  he olvidado de los versos de Romero,
de lo bien que funcionaban de coraza,
de lo caro que salía ser pirata,
de la prisa por sacarme tu veneno.


Y volvemos a ser cauta sin despecho,
y al derecho de que busques en mi falda,
con las ganas de querer seguir viviendo,
 con la mansa y dulce pausa de la calma.
  
Y volvemos de repente a soledades,
a los poros que se erizan de la nada,
y volvemos de repente a los portales,
apostando por los besos singulares,
rechazando lo que venga de un tal “Tedio”,
remediando lo que te no tiene remedio,
apostando a la balanza de una dama.

 

Recién salido del horno. Violetas con mucho sentimiento menos el del tedio. No somos nada y lo somos todo asique VIVAMOS

25 Marzo 22.36

 
 

miércoles, 18 de marzo de 2015

**Género sumergido**



 
 
 
Tengo que escribir sobre algo que os concierne,
algo que no es evidente, y  que anda oculto,
bajo un machismo sumergido.
Algo que debería leerse entre líneas,
valorarse, y no, acobardarse.
Tengo que escribir sobre algo que escriben,
aquellas que nos dan la vida,
que nos curan las heridas,
aquellas  a las que ellos a escondidas,
hacen el amor. 
 
¡Señores!, nosotras también hablamos de sentimientos,
de conciertos, de polvos desastrosos,
del primer beso.
¡Señores!, nosotras también decimos lo mismo que ellos,
y no es una declaración de amor,
es vocación. 
 
Que no os dé miedo quitarnos la etiqueta de ñoñas,
Porque en ningún género sobran las palabras.
 
Violetas que en una mano queman un sujetador y en otra sostiene un libro de Cernuda
Lunes, 16 marzo 2015, 20.05hrs

miércoles, 11 de marzo de 2015

** El secreto**

Lie with me 2005



Te has colado en mi mente de una manera extraña y me has hecho rejuvenecer cinco años. Has perdonado mis desastres y locuras y te has tomado un zumo de tomate conmigo. Has subido a mi casa y yo a la tuya, y tu madre me ha dado el abrazo que nunca me dio. Te he visto más guapo de lo normal y he vuelto a reconocer el olor en tu ropa, y como  era tumbarme sobre tu pecho cuando tu cuerpo al de ellos se parecía. He releído mensajes del pasado, del inicio, de la ruptura y de la “reconciliación” y de alguna manera he vuelto a entender porqué perdí la cabeza por ti aquel marzo, aquel septiembre y aquel 31 de agosto, sin perderla ahora, claro.
Y hoy que soy más cauta he comprendido lo que me hizo disfrutar tu cuerpo, y como lo mío fue un instinto salvajemente animal cuando mi atracción elevada al cubo demandaba de ti lo natural. Y esa intensidad se quedó muy perpetúa en mi piel ya que cuando has vuelto esta noche me  ha  vuelto a penetrar tu esencia, ¡y es que ya lo dijo un telépata! - “el olfato es el sentido más desarrollado y el que tiene más memoria”, y me ha puesto a punto de una manera empírica y recordado  aquella conversación que tuvimos en el andén del metro de Callao.
Con cada minuto he rememorado lo que era ser fiel a mí misma, y tener entre mis manos lo que quería.
Quizás ahora que ya he quemado esa etapa quiero volver a vivir esa segunda adolescencia, dónde la ciencia pintaba poco, dónde la buena educación quedaba tirada en el suelo de una estrecha habitación junto a mi ropa   y un olor a porro se apoderaba de mí mientras respiraba profundamente de instante en instante.
Ayer hablé de sueños y hablé de ti y un cóctel explosivo se metió en mi cabeza, y no sé cómo me trasladó a esa Avenida  de Padre Piquer y a ese portal donde en una de nuestras primeras citas me besaste la cabeza.
23 enero 2015, 17.16 

Qué pensar cuando por sorpresa lo que soñamos se presenta a nuestro alcance, para mí nada más que la energía de los cuerpos, y compruebo empíricamente lo planteado por aquel telépata hace unos años. Despolvando el viejo email escrito en horas laborables, lo público un poco atónita y alegre a la vez.

No hubo zumo de tomate, pero sí un buen Rioja al sol, y un Gin Tonic para refrescar el calor, conversaciones encadenadas para ponernos al día de aquellos años en tregua,como colofón final esa maravilla de patio nos dio de cenar y la salsa ruborizó nuestros pasos de baile.

Continúo con mi filosofía que ha tomado envergadura con los años: demos gracias a todos aquellos que nos hicieron perder la cabeza, y no tengamos vergüenza en decírselo. Ganemos batallas a los reproches sanando cicatrices del pasado con halagos, porque lo más imprescindible es la intensidad de sentirnos vivos.

 
En mi Avenida Padre Piquer, en mi vieja habitación, mi corazón en Atocha hoy siendo día 11. Violetas castizas  a media asta pero vivas.