Expuesta en el balcón regalo besos con sabor a Pilsner,
la luna me guiña un ojo y me sonroja,
siendo la más cómplice amiga de mis noches.
Me pregunto si alguno
de ellos llegará a tu oído, amor platónico.
Dame onírico y saborea mi calor,
que vuele millas y se pose en tu almohada,
que acaricie lentamente la cremallera de tu ombligo,
como un mensaje hundido en la bodega más antigua del
Titanic.
Entonces rasgarás mi piel con tu púa, músico callejero.
pediré un deseo mirando la pantalla de Youtube ,
Y cuando pierda la esperanza de encontrar quién me despierte,
llegará a lo lejos un ángel rubio y lanzará sus flechas.
No ganaré a la Oca,
ni al Ottelo,
pero sellaré con ello mi promesa,
esa de seguir siendo miembro tácito
de la corriente de los románticos.
**Violetas que renacen después del seco otoño y de la fría nieve del invierno** - 15 Agosto.