De risas que
viajan pasando aduanas,
cuando en
nuestros audios ponemos las ganas,
y entonces
la tripa te pide otro asalto y
te preguntas
¿cómo me puedo reír tanto?.
Hablamos de
citas, de sexo, soeces,
se escapa algún audio grabando sandeces,
y nuestra barriga muere a carcajadas,
cuando por
sorpresa suena algo elocuente.
Me ponen la
multa por hablar deprisa,
por consumir tiempo de un micro dañado,
adoro recuerdos de años pasados,
benditas
alarmas sonando mil veces.
Ahora mis
días son más divertidos,
y de golpe
el hielo suda derretido,
las lágrimas caen de mis ojos abiertos
¡será
posible que me esté riendo dé esto!
Violetas tronchadas
Gracias por regalar sonrisas "maestra"
ResponderEliminar